Para aquellos que buscan al uno desde hace tiempo, este hogar puede muy bien ser el inicio de una historia duradera.

Con 20 pies de ancho y situado profundamente en un lote de 100 pies, el No. 62 llama la atención de manera discreta. Envuelto en ladrillos rojos de albañilería flamenca y piedra caliza grabada, ofrece una presencia que es a la vez sólida y poética. Hay un cierto magnetismo tanto en la casa como en la cuadra del parque, algo que se siente como lo mejor de lo mejor. Eso no necesita anunciarse. Simplemente es.

La placentera Fort Greene Place le da al hogar su marco: luz moteada, movimiento suave, un sentido de lugar. Calles frondosas y pasillos vibrantes te rodean, mientras que Fort Greene Park se convierte en un compañero diario. La casa ofrece flexibilidad sin compromisos. Para inversores y usuarios finales por igual. Utilízala tal como está: dos unidades independientes actualizadas, o reescribe toda la estructura como una única residencia con alma. Ya sea que sueñes con varias unidades o con un hogar para siempre, hay una especie de abracadabra en la forma en que esta casa se adapta a lo que tus posibilidades necesitan.

Con más de 5400 pies cuadrados de espacio interior y otros 1,600 exteriores. Casi 70 pies de profundidad y todo el ancho en cada piso, la escala es valiosa. Dentro, una encantadora mezcla de características históricas preservadas y actualizaciones cuidadosas establece el tono. Esta combinación hecha con una reconstrucción contemporánea presenta una maravillosa oportunidad para vivir, amar y descubrir en el corazón de uno de los distritos más históricos de Brooklyn, tanto ahora como hace un siglo. Es sorprendente notar que un lugar puede contener toda esa magnificencia.

El hogar se extiende a través de múltiples niveles, con generosas habitaciones y distribuciones adaptables que invitan al retiro y la conexión. La luz se mueve hermosamente a través de todo, y el espacio fluye de una manera que simplemente se siente bien. El triplex ofrece elegancia y facilidad. Con un gracioso piso de salón, y un salón en el segundo piso, hay espacio para momentos tranquilos y grandes reuniones por igual. En la parte de arriba, los estudios loft aportan calidez y creatividad: ladrillo expuesto, techos altos, luz desde arriba. La cocina destaca por su tranquilidad, vestida con gabinetes en suave azul grisáceo, mármol blanco veteado y electrodomésticos de acero. Los tres baños han sido renovados. En toda la casa: pisos de roble incrustados, finas molduras, espejos vintage para el muelle, chimeneas de mármol, puertas plegables y de patio de caoba, molduras y medallones prominentes, aberturas de tragaluz, y justo suficiente pátina para susurrar historia. La iluminación empotrada, aire acondicionado central y lavandería en suite ofrecen comodidad actual, mientras que un par de terrazas al aire libre junto a la cocina y el segundo piso añaden capas de vida al aire libre. La unidad del jardín tiene la sensación de ser un loft íntimo, abierto y estilísticamente contemporáneo. Más que eso, tiene suficiente espacio de almacenamiento y una isla como punto focal. Un área de comedor y un baño completo completan el piso, con dos habitaciones adicionales que dan a un patio y un profundo y divinamente verde jardín.

El querido Fort Greene está bien ubicado. La proximidad a puentes, transporte público y autopistas garantiza un excelente acceso a través de Brooklyn y más allá. Tus elementos esenciales y comodidades están a pocas cuadras. Y en términos de las diversas cocinas y bebidas, ya sea que prefieras una comida rápida y de primera clase o informal, todo está disponible en este vecindario popular y preferido.

Ya sean mañanas tranquilas en el departamento del jardín, música flotando a través del salón, o largas noches bajo el cielo abierto, esta es una casa que guarda espacio para la vida que has estado buscando. Que se presta tanto para reunirse como para la soledad: un espacio para celebrar, esconderse y vivir plenamente. Un lugar donde la narrativa y la estructura se encuentran y donde la vida cotidiana se siente inspirada.

Una residencia atemporal con alma, escala e historia, lista para dar la bienvenida a su próximo capítulo.

Sería un placer presentarte.

Disfruta...
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For those long in search of the one, this home may very well be the start of a lasting story.

At 20 feet wide and set deep on a 100-foot lot, No. 62 quietly commands attention. Wrapped in Flemish bond red brick and penciled limestone, it offers the kind of presence that is grounded and poetic. There's a certain magnetism to both the house and the park block-something that feels like best-in-show. That doesn't need to announce itself. It just is.

Tree-lined Fort Greene Place gives the home its frame-dappled light, soft movement, a sense of place. Leafy streets and vibrant corridors surround you, while Fort Greene Park becomes an everyday companion. The house offers flexibility without compromise. For investors and end-users similarly. Make use of it as-is-two updated, independent units-or rewrite the entire structure as a single, soulful residence. Whether you dream of several units or one forever home, there's a kind of abracadabra in the way this house adapts to what your possibilities need.

Spanning over 5400 square feet of interior living and another 1,600 outside. Nearly 70 feet deep and full width across each story, the scale is valuable. Inside, a lovely blend of preserved historic features and thoughtful updates sets the tone. This match made with contemporary reconstruction presents a wonderful opportunity to live, love, and discover in the heart of one of Brooklyn's most historic districts, now and a century ago. It is head turning to notice that one place could contain all that magnificence.

The home lives across multiple levels, with generous rooms, and adaptable layouts that invite retreat and connection. Light moves beautifully throughout-and the space flows in a way that just feels right. The triplex offers elegance and ease. With a graceful parlor floor, and a second-story salon, there's room for quiet moments and large gatherings alike. Upstairs, lofted studios bring in warmth and creativity-exposed brick, tall ceilings, light from above. The kitchen is a quiet standout, dressed in soft gray-blue cabinetry, veined white marble, and steel appliances. All three bathrooms have been redone. Throughout the home: oak inlaid floors, fine millwork, antique pier mirrors, marble mantels, mahogany pocket and patio doors, prominent crown moldings and medallions, skylight apertures, and just enough patina to whisper history. Recessed lighting, central air, and en suite laundry offer up-to-date comfort, while a pair of open-air terraces off the kitchen and second floor add layers of outdoor living. The garden unit has the feel of being an intimate, open, and stylistically contemporary loft. More than that, it has enough storage and a focal point island. A dining area and a full bathroom complete the floor, with two additional rooms leading out to the patio and a deep, divinely verdant yard.

Beloved Fort Greene is well located. Proximity to bridges, public transit, and highways ensures excellent access throughout Brooklyn and beyond. Your essential staples and amenities are within blocks. And In terms of the various cuisines and spirits, whether you fancy a first-rate, quick, or casual meal, all are checked out in this popular and preferred neighborhood.

Whether it's quiet mornings in the garden flat, music drifting through the parlor, or long evenings under open sky, this is a house that holds space for the life you've been looking for. That lends itself to gathering and solitude alike-a space to celebrate, hideaway, and live fully. A place where narrative and structure meet and where everyday life feels inspired.

A timeless residence with soul, scale, and story-ready to welcome its next chapter.

It would be a pleasure to introduce you.

Enjoy...
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