Construido originalmente en 1828, 37 Harrison Street, una casa adosada de estilo federal con estatus de monumento, ha vivido muchas vidas. Desde residencia familiar hasta sede de un mercado de alimentos, hoy se presenta como una refinada casa unifamiliar, una rara unión de carácter histórico y diseño moderno. Cuidadosamente restaurado y reconfigurado por la arquitecta Susan Yun y la diseñadora de interiores Penelope August, el hogar encarna un sentido de continuidad: historia honrada, pero reinterpretada con artesanía contemporánea.

La fachada ha sido meticulosamente preservada con ventanas restauradas, buhardillas y detalles de madera originales. Toda la estructura interior fue reconstruida alrededor de un armazón de acero interno, creando un peso y longevidad ocultos en la propiedad. Techos altos en cada piso, de hasta 11 pies de altura, crean un sorprendente volumen interior. Comenzando en el nivel del jardín, una nueva escalera central de pino corazón recuperado se convierte en la columna vertebral del hogar, atrayendo luz y aire a través de cada nivel. Los pisos de tablones anchos se extienden por toda la casa, tratados con un tono pálido que revela la veta natural mientras proporciona un acabado suave y moderno.

La cocina, duplicada en escala y ubicada en la parte trasera para acceso al jardín, está anclada por una estufa Lacanche color caléndula y encimeras de terrazzo incrustadas con fragmentos de vidrio reciclado. Lámparas colgantes de vidrio personalizadas, fundidas en tonos rosados, hacen un guiño a las décadas de 1920 y 1930. Los armarios están pintados en Calluna de Farrow & Ball, combinados con un grifo de cobre de Waterworks y herrajes de vidrio opalino—detalles que equilibran durabilidad con una elegante sutileza. A lo largo de la casa adosada, chimeneas operativas brindan calidez, mientras que puertas recuperadas y accesorios de baño vintage aportan textura y autenticidad.

El último piso está dedicado a la suite principal. Aquí, vigas de madera originales expuestas han sido cepilladas y tratadas con aceite de tung para revelar su pátina centenaria. El baño está acabado en yeso de tadelakt marroquí, con accesorios de bronce y azulejos cerámicos personalizados que evocan técnicas históricas de veteado europeo. Otras características incluyen techos de 11 pies y una chimenea funcional, además de un enorme vestidor y 5 closets suplementarios.

Dos amplios dormitorios adicionales ocupan el segundo piso. Cada uno abarca el ancho de la casa y tiene su propia chimenea funcional. Comparten un baño equipado con accesorios de Waterworks y Lefroy Brooks.

En el nivel del jardín, los cimientos de piedra permanecen visibles como un testimonio de la antigüedad del hogar, mientras que intervenciones modernas como una pared plegable de galería permiten que el nivel inferior se adapte entre espacios de vida, trabajo y exhibición. Se diseñó un nuevo porche de acero en deferencia a la fachada monumentada, creando una transición armoniosa al jardín trasero.

Esta es una casa adosada que cuenta su historia a través de los materiales: capas de pino y terrazzo, yeso y azulejo, acero y piedra. Histórica pero renovada, es un palimpsesto arquitectónico, una rara oportunidad de habitar un pedazo del pasado de Nueva York, adaptado con reflexión para el presente.

Originally built in 1828, 37 Harrison Street, a landmarked Federal-style townhouse, has lived many lives. From family residence to food market headquarters, today it stands as a refined single-family home, a rare union of historic character and modern design. Carefully restored and reconfigured by architect Susan Yun and interior designer Penelope August, the home embodies a sense of continuity: history honored, yet reinterpreted with contemporary craftsmanship.

The façade has been meticulously preserved with restored windows, dormers, and original wood detailing. The entire interior structure was rebuilt around an internal steel frame, creating a hidden heft and longevity to the property. High ceilings on each floor, up to 11 feet tall, create a surprising interior volume. Beginning in the garden level, a new central staircase in reclaimed heart pine becomes the spine of the home, drawing light and air through each level. Wide-plank floors carry throughout, treated with a pale tint that reveals the natural grain while lending a soft, modern finish.

The kitchen, doubled in scale and sited at the rear for garden access, is anchored by a marigold Lacanche range and terrazzo countertops embedded with recycled glass chips. Custom glass pendant lights, cast in Rosaline hues, nod to the 1920s and 1930s. Cabinetry is painted in Farrow & Ball’s Calluna, paired with a copper Waterworks faucet and opal-glass hardware—details that balance durability with quiet elegance. Throughout the townhouse, working fireplaces provide warmth, while reclaimed doors and vintage bath fittings lend texture and authenticity.

The top floor is dedicated to the principal suite. Here, exposed original timber beams have been brushed and treated with tung oil to reveal their centuries-old patina. The bath is finished in Moroccan tadelakt plaster, with brass fixtures and custom ceramic tilework that echoes historic European marbling techniques. Other features include 11-foot ceilings and a working fireplace, plus a huge walk-in closet and 5 supplemental closets.

Two additional large bedrooms occupy the second floor. Each spans the width of the house and has its own working fireplace. They share a bathroom outfitted with Waterworks and Lefroy Brooks fixtures.

On the garden level, stone foundations remain visible as a testament to the home’s age, while modern interventions such as a folding gallery wall allow the lower level to flex between living, working, and exhibition space. A new steel porch was designed in deference to the landmarked exterior, creating a seamless transition to the rear garden.

This is a townhouse that tells its story through materials: layers of pine and terrazzo, plaster and tile, steel and stone. Historic yet renewed, it is an architectural palimpsest, a rare opportunity to inhabit a piece of New York’s past, thoughtfully adapted for the present.