Bienvenido a la Residencia 30A en The Beekman Residences, un nido envuelto en cristal suspendido sobre el ritmo del Downtown de Manhattan. Desde sus ventanas del suelo al techo, la ciudad se despliega en todas las direcciones: hacia el norte, a través de la grandeza del Ayuntamiento; hacia el este, en dirección al Puente de Brooklyn; y al sur y al oeste, donde la luz perdura más tiempo. El resultado es un hogar que se siente menos como un apartamento y más como un asiento en primera fila de Nueva York mismo.

El gran salón es tanto dramático como acogedor, anclado por una luminosa cocina comedor. Aquí, una isla de cuarzo Madreperola de gran tamaño sirve como lugar de reunión, con refrigeración para vino, refrigeración de paneles profundos y una estufa de gas con salida de aire que hacen que entretener sea un placer. Cada elemento ha sido considerado, desde la escala del espacio hasta los acabados que transforman la vida cotidiana en un lujo silencioso.

La suite principal es un santuario, sus dobles exposiciones dan la bienvenida al sol de la mañana y al resplandor del crepúsculo. Tres armarios a medida ofrecen almacenamiento raro y considerado, mientras que el baño de cinco piezas con ventana ofrece indulgencia en cada detalle: un doble lavabo, bañera, ducha cerrada y un sanitario separado. El segundo dormitorio, con su propio baño en suite, enmarca vistas hacia uptown y el Puente de Brooklyn, brindando a los huéspedes o familiares su propia perspectiva de la ciudad.

En The Beekman Residences, diseñado por Thomas Juul-Hansen, el servicio se eleva a una forma de arte. Desde un conserje disponible las 24 horas y servicio de comidas en la habitación cortesía de Temple Court de Tom Colicchio y Augustine de Keith McNally, hasta acceso a spa, gimnasio, salón y una terraza ajardinada en la azotea, cada comodidad está al alcance. Y justo fuera de tu puerta se encuentra el latido del nuevo Downtown, donde Tribeca, SoHo, el Seaport y el Distrito Financiero convergen. Esto es más que un hogar—es una narrativa de Nueva York en su forma más vital.

 

Welcome to Residence 30A at The Beekman Residences, a glass-wrapped aerie suspended above the rhythm of Downtown Manhattan. From its floor-to-ceiling windows, the city unfurls in every direction-northward across the grandeur of City Hall, eastward toward the Brooklyn Bridge, and south and west where light lingers longest. The result is a home that feels less like an apartment and more like a front-row seat to New York itself.

The great room is both dramatic and inviting, anchored by a luminous eat-in kitchen. Here, an oversized Madreperola quartzite island doubles as a gathering place, with wine refrigeration, deep-paneled refrigeration, and a vented gas range making entertaining effortless. Every element has been considered, from the scale of the space to the finishes that turn everyday living into quiet luxury.

The primary suite is a sanctuary, its double exposures welcoming the morning sun and the glow of twilight. Three custom-fitted closets provide rare and thoughtful storage, while the windowed, five-piece bath offers indulgence in every detail: a double vanity, soaking tub, enclosed shower, and separate water closet. The second bedroom, with its own ensuite bath, frames uptown views and the Brooklyn Bridge, giving guests or family members their own perspective of the city.

At The Beekman Residences, designed by Thomas Juul-Hansen, service is elevated to an art form. From a 24-hour concierge and in-room dining courtesy of Tom Colicchio's Temple Court and Keith McNally's Augustine, to access to spa, gym, lounge, and a landscaped roof terrace, every comfort is within reach. And just outside your door lies the beating heart of the new Downtown, where Tribeca, SoHo, the Seaport, and the Financial District converge. This is more than a home-it is a narrative of New York at its most vital.