Perfectamente situado dentro del distrito histórico marcado de Henderson Place, 148 East End Avenue es una rara casa adosada de 18' x 35' que combina un pedigrí arquitectónico con una meticulosa renovación moderna de arriba a abajo. Ubicada a lo largo de uno de los corredores más de cuento de hadas del Upper East Side, a pasos del Parque Carl Schurz, el Paseo del Río Este y tranquilos bloques arbolados conocidos por sus fachadas atemporales de ladrillo y piedra marrón, este hogar ofrece una atmósfera que se siente tanto exclusiva como profundamente residencial.

En el interior, la residencia ha sido completamente reingeniería con nuevo cableado, plomería y aire acondicionado central en todo, todo mientras se preserva la elegancia de sus detalles originales de época. Casi cada ventana y puerta es personalizada, de doble acristalamiento y fabricada de acuerdo con las especificaciones de Landmark, enmarcando vistas serenas y proporcionando una excepcional tranquilidad. Múltiples chimeneas funcionales aportan una sensación de calidez y autenticidad raramente encontrada en hogares recién renovados.

Añadiendo a su singularidad, esta es la única casa en East End Avenue con un quinto piso permitido, gracias a su ático protegido, una notable ventaja que permite un estudio iluminado por el sol, una biblioteca o un refugio privado. Una oferta única en una generación en uno de los enclaves históricos más queridos de Manhattan.

Perfectly positioned within the  landmarked Henderson Place Historic District, 148 East End Avenue is a rare  18' x 35' townhouse that blends architectural pedigree with a meticulous, top-to-bottom modern renovation. Set along one of the most storybook corridors of the Upper East Side-steps from  Carl Schurz Park, the East River Promenade, and quiet, tree-lined blocks known for their timeless brick and brownstone facades-this home offers an atmosphere that feels both exclusive and deeply residential.

Inside, the residence has been  fully reengineered with new wiring, plumbing, and  central air throughout, all while preserving the elegance of its original period details. Nearly every  window and door is custom, double-glazed, and crafted to Landmark specifications, framing serene views and providing exceptional quiet. Multiple  working fireplaces bring a sense of warmth and authenticity rarely found in newly renovated homes.

Adding to its uniqueness, this is the  only house on East End Avenue with a permitted fifth floor, thanks to its grandfathered attic-a remarkable advantage that allows for a sunlit studio, library, or private retreat. A once-in-a-generation offering in one of Manhattan's most cherished historic enclaves