Alto sobre las históricas riberas del río Hudson, en un rincón tranquilo de Esopus donde la luz de la mañana brilla primero sobre el agua, una rara colina de casi 6 acres espera su próximo capítulo. Con 375 pies de frente directo al río y una vista ininterrumpida hacia el este con amaneceres, la propiedad ofrece el tipo de lienzo que se ha vuelto cada vez más difícil de encontrar en el valle del Hudson: vasto, elevado y rico en posibilidades. Dos estructuras del siglo XIX se encuentran en el terreno, cuyos marcos desgastados insinúan la larga historia del lugar. Están en un estado listo para ser renovadas, invitando a un cuidador imaginativo a restaurarlas como cabañas de invitados, estudios o artefactos arquitectónicos. Con igual facilidad, la colina podría despejarse para dar paso a un retiro contemporáneo de vidrio, algo moderno y escultórico que aproveche la luz del río y enmarque el movimiento distante de barcos y barcazas mientras recorren la famosa vía fluvial. Aquí, la tierra misma realiza gran parte del trabajo: contornos ondulados, crecimiento maduro y una inclinación que eleva la vista instintivamente hacia el horizonte. Con servicio eléctrico existente y un pozo limpio y funcional ya en su lugar, las bases prácticas están establecidas. Lo que queda es visión, ya sea para una propiedad singular o, con aprobaciones, la división reflexiva en dos terrenos frente al río. En una región donde la demanda supera rutinariamente la oportunidad, esta parcela se destaca no solo por su escala sino por su ubicación. Situada sobre el borde del río, ofrece la rara oportunidad de crear una residencia legado, moldeada por la luz, el paisaje y el atractivo duradero del propio Hudson. Para aquellos que buscan el próximo gran lugar para escribir su historia en el valle del Hudson, esta colina puede ser la elegida.

High above the storied banks of the Hudson River, in a quiet corner of Esopus where morning light breaks first across the water, a rare nearly 6 acre hillside waits for its next chapter. With 375 feet of direct river frontage and an unbroken sweep of east-facing sunrise views, the property offers the kind of canvas that has become increasingly difficult to find in the Hudson Valley; vast, elevated, and rich with possibility. Two 19th-century structures stand on the land, their weathered frames hinting at the site's long history. They are in a state ready for renovation, inviting an imaginative steward to restore them as guest cottages, studios, or architectural artifacts. Just as easily, the hillside could be cleared to make way for a contemporary glass retreat, something modern and sculptural that drinks in the river light and frames the distant movement of ships and barges as they travel the famed waterway. Here, the land itself does much of the work: rolling contours, mature growth, and a pitch that lifts the eye instinctively toward the horizon. With existing electric service and a clean, functioning well already in place, the practical foundations are set. What remains is vision, whether for a singular estate or, with approvals, the thoughtful division into two distinct riverfront homesites. In a region where demand routinely outpaces opportunity, this parcel stands out not only for its scale but for its setting. Perched above the river's edge, it offers the rare chance to craft a legacy residence, one shaped by light, landscape, and the enduring pull of the Hudson itself. For those searching for the next great place to write their Hudson Valley story, this hillside may be the one. © 2025 OneKey™ MLS, LLC