Érase una vez, este fue el Salón #1 en Elko Lake Camp — el corazón palpitante de un querido retiro episcopal donde los campistas se reunían para comidas, bailes y recuerdos de toda la vida. Hoy, ha sido reinventado como una casa de 4 dormitorios y 2 baños que, de alguna manera, aún resuena con esa misma magia intangible — una sensación de alegría y luz que no puedes describir del todo, solo sentir.

Situado en una cresta justo fuera del Parque Catskill, El Salón ofrece vida en un solo piso y totalmente de cedro, rodeado de naturaleza que se despliega en todas direcciones. Al sur: praderas que capturan la luz dorada. Al oeste: vistas montañosas que convierten los atardeceres en eventos diarios. Y desde el patio trasero, comienza una extensa red de senderos — los mismos senderos trazados por los campistas hace décadas, ahora utilizados para caminatas, paseos a caballo, motonieve, ciclismo de montaña, o simplemente para deambular. La aventura realmente comienza en tu puerta trasera.

Por dentro, la antigua "gran sala" sigue siendo el alma del hogar — ahora transformada en un amplio espacio de reunión lleno de luz que acomoda una mesa de comedor para 28 personas, una enorme área de estar para noches junto a la chimenea, y un rincón de lectura y discos diseñado para disfrutar del momento. La cocina es generosa y social, con espacio suficiente para tres cocineros en movimiento, equipada con una estufa Viking, un grifo para ollas, y mucho espacio de preparación. Dos dormitorios más pequeños ofrecen vistas a praderas y montañas, mientras que la suite principal incluye un vestidor digno de envidia. Un gran baño tipo spa al lado de la suite principal tiene una ducha de vapor y lavabo doble. Un dormitorio más grande y apartado en la parte trasera ofrece un retiro tranquilo cuando el día se apacigua.

Fuera, el garaje independiente de dos pisos con electricidad es tan funcional como lleno de potencial — tres bahías al frente, una en la parte trasera, casi 1,200 pies cuadrados en la planta baja, y 680 pies cuadrados adicionales arriba para estudio, almacenamiento o futura expansión. La Asociación de Propietarios de Elko Lake proporciona acceso privado a Elko Lake (sin botes a motor), junto con un muelle compartido, parque, pabellón, y una cancha para tenis, pickleball y baloncesto — además de mantenimiento de caminos durante todo el año, todo por una baja cuota anual.

Y aunque El Salón se siente completamente alejado, Livingston Manor está a solo diez minutos — una combinación perfecta de naturaleza salvaje y encanto de pueblo pequeño. Pasa la mañana explorando el Bosque Salvaje de Willowemoc o pescando en los famosos ríos, luego dirígete al pueblo para un café en The Walk-In, provisiones de Main Street Farm, una pinta en Catskill Brewery, o cena en The DeBruce o The Kaatskeller.

El Salón es ese lugar raro donde la nostalgia se encuentra con el ahora — donde cada brisa se siente como un recuerdo, y la alegría y las risas de veranos pasados están silenciosamente tejidas en las paredes.

Once upon a time, this was Lodge #1 at Elko Lake Camp — the beating heart of a beloved Episcopalian retreat where campers gathered for meals, dances, and lifelong memories. Today, it’s been reimagined as a 4 bedroom, 2 bathroom home that somehow still hums with that same intangible magic — a sense of joy and light that you can’t quite describe, only feel.

Set on a ridge just outside of Catskill Park, The Lodge offers all cedar, single-floor living surrounded by sweeping nature in every direction. To the south: meadows catching golden light. To the west: mountain views that turn sunsets into daily events. And from the backyard, an extensive trail network begins — the same trails carved out by campers decades ago, now used for hiking, horseback riding, snowmobiling, mountain biking, or simply wandering. The adventure truly starts at your back door.

Inside, the former “great hall” is still the soul of the home — now transformed into a sprawling, light-filled gathering space that fits a 28-person dining table, a massive living area for fireside nights, and a built-in reading and record nook designed for lingering. The kitchen is generous and social, easily fitting three cooks in motion, complete with a Viking range, pot filler, and plenty of prep space. Two smaller bedrooms offer meadow and mountain views, while the primary suite includes a walk-in closet worthy of envy. A large, spa-like bathroom off the primary provides a steam room shower and double vanity. A larger, tucked-away bedroom in back offers quiet retreat when the day winds down.

Outside, the two-story detached garage with electric is as functional as it is full of potential — three bays in front, one in back, nearly 1,200 sq ft on the ground floor, and an additional 680 sq ft above for studio, storage, or future expansion. The Elko Lake Property Owners Association provides private access to Elko Lake (non-motorboat), along with a shared dock, park, pavilion, and a court for tennis, pickleball, and basketball — plus year-round road maintenance, all for a low annual fee.

And while The Lodge feels utterly removed, Livingston Manor is only ten minutes away — a perfect blend of wilderness and small-town charm. Spend the morning exploring the Willowemoc Wild Forest or fishing the famed rivers, then head into town for coffee at The Walk-In, provisions from Main Street Farm, a pint at Catskill Brewery, or dinner at The DeBruce or The Kaatskeller.

The Lodge is that rare place where nostalgia meets now — where every breeze feels like a memory, and the joy and laughter of summers past are quietly woven into the walls. © 2025 OneKey™ MLS, LLC