Susurros del Viento — 22 Acres de Historia y Armonía

Perfecto para quienes buscan privacidad, inspiración y conexión con la tierra, esta notable propiedad de 22.1 acres ofrece una belleza tranquila y una profunda historia. Un estanque de 2.2 acres alimentado por manantiales, senderos boscosos y las canciones pacíficas de la naturaleza crean un sentido atemporal de serenidad y retiro, enclavado entre Woodstock y Saugerties.

Una vez hogar del Campamento Musical Williams, fundado en 1929 por el compositor y director de orquesta Ernest Williams del Conservatorio de Ithaca, la tierra estuvo alguna vez viva con música: una comunidad próspera de sonido y espíritu donde aspirantes a músicos de todo el mundo se reunían cada verano para estudiar, actuar y crear.

Aunque los salones del campamento han desaparecido hace tiempo, su melodía perdura en el paisaje—en el ritmo de las hojas susurrantes, el coro de los pájaros al amanecer y la quietud reflejada del estanque. La naturaleza ha reclamado el escenario, y la armonía perdura en una forma más suave: un raro equilibrio de espacio, historia y belleza.

Un lugar de herencia y posibilidad, la tierra invita a una nueva imaginación—ya sea como un retiro privado, un refugio para artistas, o un regreso a sus raíces musicales. Aquí, la canción continúa. (estudio de viabilidad de ingenieros disponible).

Whispering Winds — 22 Acres of History and Harmony

Perfect for those seeking privacy, inspiration, and connection to the land, this remarkable 22.1-acre property offers quiet beauty and deep history. A spring-fed 2.2-acre pond, woodland trails, and the peaceful songs of nature create a timeless sense of serenity and retreat nestled between Woodstock and Saugerties.

Once home to the Williams Music Camp, founded in 1929 by composer and bandleader Ernest Williams of the Ithaca Conservatory, the land was once alive with music—a thriving community of sound and spirit where aspiring musicians from around the world gathered each summer to study, perform, and create.

Though the camp’s halls are long gone, its melody lingers in the landscape—in the rhythm of rustling leaves, the chorus of birds at dawn, and the mirrored stillness of the pond. Nature has reclaimed the stage, and the harmony endures in gentler form: a rare balance of space, history, and beauty.

A place of both heritage and possibility, the land invites new imagination—whether as a private retreat, an artist’s haven, or a return to its musical roots.?Here, the song continues. (engineers feasibility study available). © 2025 OneKey™ MLS, LLC