En el corazón del Upper East Side, esta casa adosada en el cielo cuenta con cinco amplios dormitorios, sala de medios independiente, cuatro baños completos, un baño de cortesía, aire acondicionado central, lavadora y secadora dobles, y armarios interminables. Diseñada con la precisión de una obra maestra y la confianza de una pieza de coleccionista. Detrás de sus imponentes paredes de vidrio, este hogar se despliega como capítulos en una historia de vida moderna en Manhattan: expansivo, luminoso y lleno de la propia línea del horizonte. La residencia fluye desde el momento en que entras gracias a su sala de estar tipo loft que enmarca la escalera escultural, cada espacio concebido como un santuario y un lugar de exhibición.

La cocina se sitúa en el centro como una caja de joyas esculpida de rendimiento y elegancia, donde la estufa y horno de seis quemadores Thermador, el microondas de precisión Wolf y la refrigeración Sub-Zero forman un conjunto digno de la mesa de un chef. Incluso el vino tiene un lugar de honor, enfriado en su propia galería con frente de vidrio. Cada detalle insiste en la permanencia, cada acabado susurra intención.

La suite principal es un mundo privado por derecho propio, envuelta en cielo, adornada con armarios y un vestidor más parecido a un atelier parisino. Su baño con ventanas parece esculpido de la propia luz, uniendo piedra y vidrio en una silenciosa sinfonía de calma. Cada habitación responde a su propio clima y paisaje sonoro, sintonizados por un sistema de audio-video integrado tan sensible como la batuta de un director de orquesta, todo ello dirigido desde la comodidad de tu teléfono.

Debajo de todo esto yace una comunidad tejida con privilegio: una azotea que se inclina hacia el horizonte, una piscina que refleja el fuego y el acero de la ciudad, un gimnasio y un sala de juegos para niños que abarcan cada etapa de la vida. Un portero a tiempo completo, conserje y superintendente residente extienden la noción de servicio a un ritual, asegurando que el lujo aquí no sea solo una declaración, sino una experiencia diaria. Incluso el edificio mismo reconoce la plenitud de la vida moderna, incluyendo mascotas.

In the heart of the Upper East Side, this townhouse in the sky is five large bedrooms, separate media room, four full baths, powder room, central air-conditioning, double washer and dryer and endless closets. Designed with the precision of a masterwork and the confidence of a collector's piece. Behind its soaring glass walls, this home unfolds like chapters in a story of modern Manhattan living - expansive, luminous, and alive with the skyline itself. The residence flows from the moment you enter thanks to its loft-like living room framing the sculptural staircase, each space conceived as both sanctuary and showplace.

The kitchen stands at the center like a sculpted jewel box of performance and elegance, where Thermador's six-burner range and oven, Wolf's precision microwave, and Sub-Zero refrigeration form an ensemble worthy of a chef's table. Even the wine has a place of honor, chilled in its own glass-fronted gallery. Every detail insists on permanence, every finish whispers of intention.

The primary suite is a private world all its own - wrapped in sky, graced with closets and a dressing room more akin to a Paris atelier. Its windowed bath feels carved from light itself, marrying stone and glass into a quiet symphony of calm. Each room answers to its own climate and soundscape, tuned by an integrated AV system as responsive as a conductor's baton - all of it directed from the ease of your phone.

Below it all lies a community woven with privilege: a roof deck that leans into the horizon, a pool that reflects the city's fire and steel, a gym and children's playroom that embrace every stage of life. A full-time doorman, concierge, and live-in superintendent extend the notion of service into ritual, ensuring that luxury here is not just a statement, but a daily experience. Even the building itself acknowledges modern life's completeness - pets included.