Al igual que "Fallingwater" de Frank Lloyd Wright, este enclave en la cima de la colina ofrece privacidad, lujo y detalles personalizados. Situada en lo alto de Philipse Manor, en el condado de Westchester, esta casa tiene majestuosas vistas del río Hudson. La arquitectura, armonizada con el entorno natural, crea un flujo único de experiencias interiores y exteriores con acceso a Grand Central Terminal en 38 minutos. Completamente renovada en 2019 y construida según las especificaciones de los propietarios, cuya atención a toda la calidad estructural, mecánica, eléctrica, de servicios, de materiales y acabados hizo de este hogar eficiente en energía una realidad.
El primer nivel es un lugar de reunión central bañado por el sol. Al entrar, la sala de estar de dos pisos con ventanas y una impresionante chimenea te recuerda una portada de Architectural Digest. Esta habitación se abre a una enorme terraza de descanso, situada dos pisos por encima de la tranquila calle sin salida abajo, con vistas al río. Flanqueando la sala de estar hay una sala de familia separada y hundida con un lujoso baño completo. Esta habitación puede servir como suite para suegros, o para familias más jóvenes, como habitación de au pair o sala de juegos. Su vista del jardín lateral incluye un hermoso cobertizo de jardín, que puede ser reutilizado como casa de piscina en caso de que se construya una piscina o jacuzzi en el futuro. Al otro lado de la sala de estar, el comedor formal se abre a un patio en el acantilado y una fogata. Adyacente se encuentra la cocina del chef anclada por una colossal isla de mármol. El área de cocina moderna y lujosa evoca imágenes de Acción de Gracias, con docenas de familiares y amigos pasando para probar o participar en la preparación de alimentos. El diseño y las comodidades son el sueño de un cocinero, con un rincón de desayuno que ofrece vistas al cuidado jardín privado delantero. Fuera de la cocina, hay una segunda cocina exterior personalizada para el entretenimiento. Para familias que cruzan varias generaciones, uno puede recibir al grupo más joven al aire libre, mientras que los invitados mayores pueden disfrutar del fresco interior, aunque las paredes de ventanas y entradas mantienen una sensación de unidad. Este extenso patio puede acomodar varias mesas de comedor y juegos para adultos, como el ping-pong. El acceso al garaje se encuentra en la cocina a través de un amplio vestíbulo. Tiene su propia entrada exterior donde los familiares e invitados húmedos o arenosos pueden quitarse su equipo después de un día en el Club de Playa privado de Philipse Manor (a 3 minutos a pie) e incluso el perro puede tomar un baño en la ducha contenida. Fuera hay estacionamiento para 4 SUV. Hay 7 puertas, proporcionando acceso sin interrupciones a cada área distinta de los terrenos privados.
El segundo nivel, soleado y flotante, se abre a la suite principal, un baño tipo spa, 2 armarios vestidores (WIC) y un área de dormir con vista al río. El balcón tipo Julieta y las puertas de vidrio se pliegan, simulando una casa en los árboles. Adyacentes, hay dos grandes dormitorios, con WIC y un baño compartido. Al otro lado del pasillo, un dormitorio aislado con WIC, baño completo y una oficina personalizada con vista al río; este espacio transformará a un emprendedor o escritor en un fundador de Fortune 500 o un autor que figura en la lista de bestsellers del NYT.
El tercer piso es una agradable sorpresa. Una gran sala llena de luz, bordeada de árboles, con ventanas de piso a techo y un conjunto de tragaluces que se transforman en 2 balcones tipo Julieta, para que una pareja pueda disfrutar de su café matutino desde la vista de las copas de los árboles del río, en el punto más alto de Philipse Manor. La gran sala tiene armarios personalizados con cajones refrigerados, almacenamiento y gabinetes estilo buffet para albergar reuniones aéreas, como el Super Bowl, Derby o los Oscar, y conduce a la ala separada, habitación dentro de una habitación, insonorizada, donde se puede disfrutar de música y un cine en casa sin que la vibración permeé sus paredes, incluso a medianoche. Aunque esta habitación tiene su propio sistema de enfriamiento, por diseño, la colocación de las ventanas crea una brisa cuando se abren, como si estuvieras al aire libre, pero dentro.
Un sistema de sonido de toda la casa está preparado para conectar y usar. Desempaca con música en un entorno aéreo sereno, a 30 minutos en coche de Manhattan y a un tiro de piedra de la estación de tren, el club de playa/marina, senderos escénicos, reservas, restaurantes de renombre, el teatro Jacob Burns y el Tarrytown Music Hall. Privacidad, serenidad y sol--ven a experimentar la perfección en 167 Millard...

As does Frank Lloyd Wright’s “Fallingwater," this hilltop enclave provides privacy, luxury and customized details. Nestled high atop Philipse Manor in Westchester County, this home has majestic Hudson River views. The architecture, harmonized within the natural environment, creates a unique flow of indoor and outdoor experiences with 38-minute access to Grand Central Terminal. Completely gut-renovated in 2019 and was built to the specifications of the owners whose attention to all structural, mechanical, electrical, utility, material and finishing quality made this quintessential, energy-efficient home a reality.
The first level is a sun-filled, central gathering place. Upon entry, the two-story windowed living room and dramatic fireplace remind you of an Architectural Digest cover. This room opens to a massive lounging deck, perched two stories above the quiet dead-end street below, with views of the river. Flanking the living room is a separate, sunken, family room with full, luxury bath. This room can serve as in-law suite, or for younger families, an au pair or playroom. Its view of the side yard includes a beautiful garden shed, which may be repurposed as a pool house for a future pool or hot tub. Across the living room, the formal dining room opens to a cliffside patio and firepit. Adjacent is the Chef’s kitchen anchored by a colossal marble island. The modern, luxury cooking area conjures images of Thanksgiving with dozens of family and friends passing through to taste or participate in meal prep. The layout and amenities are a cook’s dream, with a breakfast nook view of the manicured private front garden. Off the kitchen, there is a second, custom outdoor kitchen for entertaining. For families crossing multiple generations, one can host the younger crowd outdoors, while older guests can enjoy the cool indoors, yet the walls of windows and entries maintain a feeling of togetherness. This expansive patio can fit several dining tables and adult games, such as ping-pong. Access to the garage is off the kitchen via a large mudroom. It has its own exterior entrance where wet or sandy family and guests can kick off their gear after a day at the private Philipse Manor Beach Club (3-minute walk) and even the dog can take a bath in the contained shower tub. Outside there is parking for 4 SUVs. There are 7 doors, providing seamless access to each distinct area of the private grounds.
The second, sunny floating mezzanine level, opens to the primary suite, spa-like bathroom, 2 walk-in closets (WICs) and river-facing sleeping area. Juliet balcony and glass doors fold back, simulating a treehouse. Adjacent, are two large BRs, with WICs and shared bathroom. Across the hall, a secluded BR with WIC, full bath, and custom office facing the river; this space will turn an entrepreneur or writer into a Fortune 500 founder, or NYT bestselling author.
The third floor is a welcomed surprise. A sun-filled, tree-lined great room with floor-to-ceiling windows and a set of skylights that transform into 2 Juliet balconies so a couple can enjoy their morning coffee from the treetop view of the river, at the highest point in Philipse Manor. The great room has custom cabinets with refrigerated drawers, storage and buffet style cabinetry for hosting aerial get-togethers, such as the Super Bowl, Derby, or Oscars and it leads to the separate, room-within-a-room, soundproof wing where music and a home theater can be enjoyed without vibration permeating its walls, even at midnight. Although this room has its own cooling, by design, the window placement creates a breeze when opened, as if outdoors, while inside.
A whole-house sound system rack space is plug-and-play. Unpack to music in a serene aerial setting, 30-minutes’ drive from Manhattan and a stone’s throw from train, beach club/marina, scenic trails, preserves, renowned restaurants, Jacob Burns’ Theater and Tarrytown Music Hall. Privacy, Serenity and Sun--come experience perfect at 167 Millard... © 2025 OneKey™ MLS, LLC