¡Llamando a todos los soñadores! Por primera vez en casi un siglo, esta propiedad privada de 15 acres—cariñosamente mantenida por la misma familia durante generaciones—se ofrece al mercado. Salpicada de manantiales naturales y con más de un cuarto de milla de frente al Peekskill Hollow Brook, esta tierra es una verdadera oportunidad única en la vida para crear algo extraordinario. En su corazón se encuentra la casa original de 1935, elegantemente situada y rica en encanto vintage. Con trabajos de carpintería originales, tres dormitorios, dos baños y un amplio porche en el segundo nivel con un invernadero cerrado, la residencia invita a la restauración o reinvención. Pero la verdadera magia se encuentra más allá de las paredes: senderos históricos serpentean a través de frondosos bosques, llevando a manantiales naturales en medio de la encantadora banda sonora de un arroyo murmullante. La tierra ofrece el lienzo perfecto para un retiro privado, un complejo familiar o una posible subdivisión, todo dentro de un entorno que se siente a millas de distancia de cualquier lugar—pero está a solo 10 minutos de la Tacónica y a un manejable trayecto en auto de 80 minutos a Manhattan. Ya sea que imagines restaurar la casa original, diseñar una residencia moderna de ensueño, o crear un lugar para que las generaciones se reúnan, este idílico refugio irradia el alma de un siglo de memorias atesoradas—y está listo para su próximo capítulo.

Calling all dreamers! For the first time in nearly a century, this private 15-acre property—lovingly held by the same family for generations—is being offered to the market. Dotted with natural springs and boasting over a quarter mile of frontage on Peekskill Hollow Brook, this land is a true once-in-a-lifetime opportunity to create something extraordinary. At its heart stands the original 1935 home, gracefully sited and rich with vintage charm. Featuring original woodwork, three bedrooms, two baths, and a spacious second-level porch with a screened-in sunroom, the residence invites restoration or reinvention. But the true magic lies beyond the walls—meandering historical trails wind through lush woodlands, leading to natural springs amidst the enchanting soundtrack of a babbling brook. The land offers the perfect canvas for a private retreat, family compound, or potential subdivision, all within an environment that feels miles from anywhere—but is just 10 minutes to the Taconic and a manageable 80-minute drive to Manhattan. Whether you envision restoring the original home, designing a modern dream residence, or creating a place for generations to gather, this idyllic haven radiates the soul of a century’s worth of cherished memories—and is ready for its next chapter.