Ubicada al final de una calle sin salida en el pueblo de Catskill, esta alegre casa de dos habitaciones y dos baños no tiene miedo de mostrar un poco de personalidad. Estilizada con cariño por sus actuales propietarios creativos, la casa exhibe sus peculiaridades con orgullo: piensen en elecciones audaces de pintura, encanto inesperado y espacios únicos que fluyen sin esfuerzo de uno a otro.

Dentro, serás recibido por habitaciones soleadas, grandes ventanas y una cocina amplia con más espacio en la encimera del que sabrás qué hacer (pero lo descubrirás). Entra en el área de estar, donde encontrarás más ventanas que espacio en las paredes, pisos originales de madera y vigas y molduras de madera que añaden calidez. Encontrarás un baño completo extra grande junto al comedor, donde una pared de ladrillo expuesto y estanterías empotradas aportan la cantidad justa de textura vintage. La cocina se destaca por su abundante espacio de almacenamiento y una creativa paleta de colores. ¿Y cuando sea el momento de relajarse? Dirígete a la sala de sol, enciende la estufa de leña y pierde unas horas en un libro - o seis.

En la planta superior, dos habitaciones bien proporcionadas están unidas por un baño completo estilo jack-and-jill, diseñado cuidadosamente tanto para la funcionalidad como para la privacidad. La habitación principal cuenta con un vestidor, ofreciendo un toque de lujo cotidiano y mucho espacio para mantenerse organizado con estilo.

Hay calefacción y aire acondicionado en cada habitación para mantener el confort durante todo el año, un deck trasero para hacer parrillas o contemplar las estrellas, y un porche delantero que pide una mecedora. El patio trasero cercado es del tamaño justo para un jardín, una hamaca y una cena improvisada que accidentalmente se alarga hasta la medianoche.

Todo esto está a solo minutos de las galerías, restaurantes, cafeterías y la costa del pueblo de Catskill, y a un rápido viaje a Hudson, Saugerties o las Montañas Catskill cuando necesites un cambio de paisaje. Querrás tomar un café en Willa's o Citiot, una cerveza en Subversive Brewing y Hemlock, y asistir a un espectáculo en The Avalon Lounge. Catskill se ha convertido en un importante centro artístico con galerías como Foreland, Open Studio, Arteque y Ruthann Gallery. Todo a solo dos horas del Puente George Washington.

Tucked at the end of a dead-end street in the village of Catskill, this cheerful two bed, two bath home isn’t afraid to show a little personality. Lovingly styled by its creative current owners, the house wears its quirks with pride—think bold paint choices, unexpected charm, and unique spaces that flow effortlessly from one to the next.

Inside, you’ll be greeted by sunny rooms, large windows, and a sprawling kitchen with more counter space than you’ll know what to do with (but you’ll figure it out). Enter into the living area, where you’ll find more windows than wall space, original hardwood floors, and wood beams and trim that add to the warmth. You’ll find an extra large full bathroom off the dining room, where an exposed brick wall and built-in shelving bring just the right amount of vintage texture. The kitchen stands out with its abundant storage and creative color palette. And when it’s time to slow down? Head to the sunroom, fire up the woodstove, and lose a few hours in a book - or six.

Upstairs, two well-proportioned bedrooms are joined by a jack-and-jill style full bath thoughtfully designed for both function and privacy. The primary bedroom features a walk-in closet, offering a touch of everyday luxury and plenty of room to stay organized in style.

There’s split-unit heat and AC in every room to keep things comfortable year-round, a back deck for grilling or stargazing, and a front porch that requires a rocking chair. The fenced backyard is just the right size for a garden, a hammock, and an impromptu dinner party that accidentally goes til midnight.

All of this is just minutes to the village of Catskill’s galleries, restaurants, coffee shops, and waterfront—and just a quick hop to Hudson, Saugerties, or the Catskill Mountains when you need a change of scenery. You’ll want to grab a coffee at Willa’s or Citiot, a beer at Subversive Brewing and Hemlock, and catch a show at The Avalon Lounge. Catskill has become quite the artists’ hub with galleries such as Foreland, Open Studio, Arteque, and Ruthann Gallery. All just two hours from the George Washington Bridge.