La propiedad de la fallecida legendaria galerista de arte de Nueva York, Barbara Gladstone, esta meticulosamente restaurada casa de estilo shingle de la Era Dorada ofrece una rara oportunidad de poseer una de las pocas grandes propiedades de verano del North Fork que quedan, de principios del siglo XX. Situada en 140 pies de un espléndido frente de bahía con una playa de arena privada, la residencia principal abarca más de 10,000 pies cuadrados y combina sin esfuerzo la arquitectura de época con el lujo moderno. Cada elemento, desde las manijas de las puertas hasta el hardware personalizado, ha sido cuidadosamente seleccionado, resultando en un hogar cálido y clásico definido por la artesanía y la elegancia.

Bien adecuada tanto para grandes entretenimientos como para reuniones íntimas, los espacios de vida expansivos cuentan con techos altos, múltiples chimeneas y momentos diseñados con atención a lo largo de la casa. Los puntos destacados en el primer piso incluyen una amplia sala de estar junto al agua y un comedor con encantadoras alcobas de chimenea, una chef's kitchen extensa con una sala de desayuno y un elegante despensa para el mayordomo, una habitación dedicada a cortar flores con un fregadero de mármol personalizado, y un enorme porche exterior con pantalla, completo con un comedor y cocina al aire libre. El segundo piso alberga la amplia suite principal con baño en suite, extensos armarios vestidores, un vestidor y una acogedora sala de estar con una chimenea de gran tamaño. El equilibrio del segundo y tercer pisos incluye cinco dormitorios adicionales junto al agua, una biblioteca, una oficina, múltiples barras húmedas, una lavandería y cinco baños con duchas de vapor y bañeras de hidromasaje.

En el exterior, exuberantes jardines perennes diseñados profesionalmente y céspedes cercados rodean la propiedad. Una hermosa piscina de gunite privada se encuentra en el lado del agua, ofreciendo un oasis sereno con vistas a la bahía. Justo más allá, un amplio césped con vistas panorámicas al agua lleva a un sendero de arena enmarcado por gramíneas marinas y flores silvestres, guiándote hacia la playa privada frente a la bahía. Una encantadora casa de carruajes añade más versatilidad, con una gran sala, cine en casa y gimnasio. La propiedad también incluye un histórico casa de hielo, preservando su rica herencia. Ya sea sentándose junto a la bahía, celebrando fiestas o disfrutando de noches de cine en el teatro, esta extraordinaria propiedad promete un estilo de vida de elegancia relajada y tranquilidad.

The estate of the late legendary New York art dealer Barbara Gladstone, this meticulously restored Gilded Age shingle-style home offers a rare opportunity to own one of the few remaining large, turn-of-the-century North Fork summer estates. Set on 140 feet of pristine bayfront with a private sandy beach, the primary residence spans over 7,500 sq. ft. and seamlessly blends period architecture with modern luxury. Every element, from the doorknobs to the custom hardware, has been carefully curated, resulting in a warm, classic home defined by craftsmanship and elegance.

Well-suited for both grand entertaining and intimate gatherings, expansive living spaces feature soaring ceilings, multiple fireplaces, and thoughtfully designed moments throughout. Highlights on the first floor include a large waterside living room and dining room with charming fireplace alcoves, a sprawling chef's kitchen with breakfast room and handsome butler's pantry, a dedicated flower-cutting room with custom marble sink, and an enormous screened-in outdoor sitting porch complete with an outdoor dining room and kitchen.
The second floor houses the large primary suite with an ensuite bath, extensive walk-in closets, a dressing room, and a cozy sitting room with an oversized fireplace. The balance of the second and third floors includes five additional waterside bedrooms, a library, an office, multiple wet bars, a laundry room, and five baths with steam showers and soaking tubs.

Outside, lush, professionally designed perennial gardens and hedged lawns surround the property. A beautiful, private gunite pool sits on the waterside, offering a serene oasis overlooking the bay. Just beyond, a sweeping lawn with panoramic water views leads to a sandy path framed by sea grasses and wildflowers, guiding you down to the private bayfront beach. A charming carriage house adds further versatility, featuring a great room, home theater, and gym. The estate also includes a historic icehouse, preserving its rich legacy. Whether sitting by the bay, hosting holidays, or enjoying movie nights in the theater, this extraordinary property promises a lifestyle of laid-back elegance and tranquility.