Una finca histórica en el Valle del Hudson - una oferta única en una generación
Al final de un largo y majestuoso camino arbolado se encuentra un tesoro raro: una finca legado de 70 acres ubicada a lo largo de las rápidas orillas del arroyo Taghkanic. Este complejo familiar de cuarta generación es un lugar donde la naturaleza y la elegancia se encuentran en perfecto equilibrio, donde la historia está tejida en cada detalle arquitectónico y donde la privacidad y la practicidad coexisten en tranquila armonía.
Construida originalmente en 1938, la residencia principal es una maravilla arquitectónica, elaborada con elementos reutilizados de una mansión del siglo XIX: amplios pisos de "tablones de rey", herrajes de puertas plateados, molduras intrincadas y majestuosas chimeneas, todo descansando sobre el original cimiento de piedra, reforzado con vigas de acero. El resultado es un hogar de carácter duradero y sólida gracia, igualmente adecuado para una vida campestre relajada o para entretenimientos refinados.
La casa de 7 dormitorios y 6,186 pies cuadrados ofrece habitaciones llenas de luz con proporciones raramente encontradas hoy en día. La luz de la mañana entra a raudales en la espaciosa cocina, mientras que las habitaciones de la fachada frontal capturan cada atardecer dorado sobre las distantes montañas Catskill. Desde el amplio porche frontal, las impresionantes vistas de las montañas Catskill se extienden a lo largo de un extenso jardín frontal, campos de heno ondulantes y potreros, ¡un panorama en constante cambio de vida silvestre, clima y luz! Grandes ventanas con múltiples paneles exhiben vidrio antiguo ondulado que enmarca el paisaje circundante como obras de arte.
La casa está situada en un rincón privado, alejada de las partes de trabajo de la propiedad, un diseño que ofrece lo mejor de ambos mundos: serenidad y aislamiento, con el potencial para una variedad de usos agrícolas o ecuestres. La tierra, actualmente utilizada por un agricultor de heno local, presenta senderos boscosos, colinas suavemente onduladas y prados nivelados. Siete potreros, dos establos para caballos y múltiples refugios orientados al sur cuentan la historia de una propiedad que alguna vez fue hogar de una respetada operación de pura sangre, ahora lista para ganado, agricultura continua u otras actividades rurales.
Una entrada trasera separada asegura un acceso agrícola ininterrumpido, preservando la tranquilidad de la residencia principal mientras mantiene la elegibilidad para una exención fiscal agrícola.
Los espacios de vida adicionales incluyen un encantador y privado cottage para el cuidador de 2 dormitorios, de estilo inglés y caldeado por una amplia chimenea; así como un segundo apartamento de 2 dormitorios para huéspedes sobre un amplio garaje/taller para cuatro coches. Ninguna de estas estructuras es visible desde la casa principal, garantizando la total privacidad tanto para los propietarios como para los huéspedes.
Cada rincón de esta propiedad invita a la conexión: con la tierra, con el pasado y con las posibilidades del presente. Caminos agrícolas bucólicos serpentean a través del terreno, conduciendo a pozas secretas de natación en el arroyo, campos bañado por el sol y bosques profundos y pacíficos. A solo un corto paseo de la casa principal, una gran poza natural -alimentada por las frescas y claras aguas del arroyo Taghkanic- ofrece el lugar perfecto para pasar perezosas tardes de verano, rodeado de bosques y los suaves sonidos de la naturaleza.
Es un lugar donde los niños crecen atrapando ranas y persiguiendo luciérnagas, donde los veranos terminan con baños a la luz de la luna y noches frescas y tranquilas, y donde la vida silvestre prospera justo más allá de tu ventana.
Perfectamente situada a solo minutos de la vibrante ciudad de Hudson y de la Taconic Parkway, con fácil acceso al Amtrak, los Berkshires y las Catskills, esto es más que un hogar: es un estilo de vida, un santuario, un legado.
De verdad, propiedades como esta rara vez se ofrecen. Y cuando lo hacen, no permanecen mucho tiempo.

Nestled along the Taghkanic Creek, this 100+acre Hudson Valley estate offers a rare opportunity to own a legacy property, blending natural beauty and historical elegance. Built in 1938, the main residence features architectural details such as repurposed 19th-century elements, grand fireplaces, and wide plank floors, creating a home of lasting character. With 7 bedrooms and 6,186 square feet of living space, it offers sweeping views of the Catskills, expansive lawns, and wooded trails. The property includes seven paddocks, two horse barns, and agricultural facilities, making it ideal for equestrian or farming pursuits, while separate living spaces—like a 2-bedroom caretaker's cottage and a 2-bedroom guest apartment—ensure privacy for owners and guests. A tranquil swimming hole, peaceful woods, and proximity to Hudson and the Catskills complete this rare offering, where nature, privacy, and possibility converge.