Para la persona que se niega a comprometerse -

Algunas casas se construyen para cumplir con un estándar. Esta fue construida para establecerlo.

Diseñada por un constructor con más de 50 años de experiencia práctica y un compromiso inquebrantable con la excelencia, esta casa es más que hermosa—es una promesa. Una promesa de que lo que te rodea es sólido, reflexivo y duradero. Cada pieza de moldura, cada azulejo, cada acabado fue elegido con cuidado—porque aquí, la calidad no es una característica. Es la base.

Imagina esto: llegas a casa y el estrés del día comienza a desvanecerse antes de que llegues a la puerta. El porche te invita a entrar con una confianza silenciosa. Pasas a través de la puerta principal personalizada con luces laterales, y la sensación te golpea—este es el lugar donde la vida se siente sin esfuerzo.

En el nivel principal, la luz natural se derrama sobre los pisos de roble rojo. Una cálida chimenea de gas ancla el espacio de vida, mientras que las puertas de cristal deslizantes te invitan a salir al jardín y exhalar. Hay un dormitorio perfectamente ubicado para invitados, un baño completo y un lavadero con un fregadero—porque el diseño reflexivo vive en los detalles.

Subiendo por la escalera hecha a mano, la casa se abre a algo aún más inspirador. Techos altos se elevan sobre ti. La luz del sol danza a través de amplias ventanas, pintando las paredes con cielo azul y posibilidad. El diseño de planta abierta fluye como la conversación entre amigos—desde el comedor hasta la sala de estar hasta una cocina de chef que exige atención. Imagina la cena chisporroteando en la estufa mientras alguien ríe desde la terraza de Trex justo afuera de las puertas deslizantes.

Este nivel también ofrece tres habitaciones de tamaño generoso y dos baños completos, incluyendo una suite principal de la que nunca querrás irte. Es un refugio—completo con suaves texturas de tablas y listones, molduras personalizadas, iluminación cálida y un baño azulejado que se siente como un spa privado. Las puertas de núcleo sólido se cierran suavemente detrás de ti. Las molduras de las ventanas enmarcan el mundo como una obra de arte. Incluso el garaje—sí, el garaje—ha sido pintado con cuidado. Porque aquí, nada se trata como un pensamiento posterior.

¿Y afuera? Tres acres de privacidad y serenidad, con un suave arroyo que te recuerda desacelerar y disfrutar del silencio.

¿Qué pasaría si tu próximo capítulo pudiera ser más fácil? ¿Qué pasaría si la tranquilidad estuviera construida en las paredes que te rodean? En esta casa, lo está. La calidad es inigualable. La artesanía está comprobada. Y el resultado es un estilo de vida donde no tienes que perseguir la facilidad—ya está aquí, esperándote.

Ubicada en el codiciado Distrito Escolar del Valle de Minisink y a solo un corto trayecto de todo lo que el Valle del Hudson es conocido—senderos para caminatas, huertos, bodegas, mercados de agricultores, música en vivo y acogedoras cafeterías. Y cuando anheles la ciudad? Estás a solo 75 minutos de Nueva York.

Esto es más que una casa. Es la vida hacia la que has estado construyendo—donde cada detalle refleja tus estándares, y cada habitación te da la bienvenida de vuelta a ti mismo.

For the Person Who Refuses to Compromise -

Some homes are built to meet a standard. This one was built to set it.

Crafted by a builder with over 50 years of hands-on experience and an unwavering commitment to excellence, this home is more than beautiful—it’s a promise. A promise that what surrounds you is solid, thoughtful, lasting. Every piece of trim, every tile, every finish was chosen with care—because here, quality isn’t a feature. It’s the foundation.

Picture this: You arrive home and the stress of the day starts to fade before you even reach the door. The porch invites you in with quiet confidence. You step through the custom front door with sidelights, and the feeling hits you—this is where life feels effortless.

On the main level, natural light spills across red oak floors. A warm gas fireplace anchors the living space, while sliding glass doors invite you to wander out into the backyard and exhale. There’s a bedroom tucked perfectly for guests, a full bath, and a laundry room with a sink—because thoughtful design lives in the details.

Up the handcrafted staircase, the home opens up into something even more inspiring. Vaulted ceilings rise above you. Sunlight dances through expansive windows, painting the walls with blue sky and possibility. The open-concept layout flows like conversation between friends—from the dining area to the living room to a chef’s kitchen that commands attention. Picture dinner sizzling on the stove while someone laughs from the Trex deck just outside the sliding doors.

This level also offers three generously sized bedrooms and two full baths, including a main suite you’ll never want to leave. It’s a retreat—complete with soft board and batten textures, custom crown molding, warm lighting, and a tiled bathroom that feels like a private spa. Solid-core doors close softly behind you. Window trim frames the world like art. Even the garage—yes, the garage—has been painted with care. Because here, nothing is treated as an afterthought.

And outside? Three acres of privacy and serenity, with a gentle brook that reminds you to slow down and enjoy the quiet.

What if your next chapter could be easier? What if peace of mind was built right into the walls around you? In this home, it is. The quality is unmatched. The craftsmanship is proven. And the result is a lifestyle where you don’t have to chase ease—it’s already here, waiting for you.

Located in the sought-after Minisink Valley School District and just a short drive to everything the Hudson Valley is known for—hiking trails, orchards, wineries, farm markets, live music, and cozy cafés. And when you’re craving the city? You’re just 75 minutes from NYC.

This is more than a home. It’s the life you’ve been building toward—where every detail reflects your standards, and every room welcomes you back to yourself.