Algunos lugares no gritan, susurran. Ese es el tipo de lugar que es Lincoln Terrace. Y escondidos a lo largo de su línea suavemente curva, anidados entre casas más antiguas y parches de verde sin construir, se encuentran dos joyas pasadas por alto: 1343 y 1357 Lincoln Terrace. Juntas, estas parcelas zonificadas residenciales suman 0.3707 acres, ofrecidas como un paquete por solo $35,000. Para el ojo inexperto, podría parecer solo un par de terrenos boscosos. Pero para la persona adecuada, estas porciones de tierra contiguas hablan por sí solas. Los lotes son vírgenes y llenos de potencial, descansando en silencio bajo un dosel de arces y robles, con una suave pendiente que ofrece la topografía justa para inspirar la imaginación de un arquitecto. Hay algo naturalmente enmarcado en el espacio, una apertura que llama a ser moldeada en un hogar, o dos, o quizás un retiro privado rodeado de árboles y cielo. Lo que hace que estos lotes sean más atractivos no es solo el precio, aunque $35,000 por ambos es suficiente para hacer que cualquier inversionista se detenga, es la historia de lo que podría ser. Aquí, estás comprando más que pies cuadrados. Estás comprando un comienzo. En la década de 1960, el área estaba prevista para una ola de desarrollo. Se vertieron cimientos. Se dibujaron caminos. Pero los planes cambiaron, el mundo siguió adelante, y algunos terrenos, como 1343 y 1357, quedaron intocados. Mientras otros construían y crecían, estos lotes permanecieron quietos, capturando el sol de la mañana y manteniendo su tranquilo potencial. Han sido pasados por alto no por falta de valor, sino por falta de visión. Hoy en día, el vecindario es una mezcla de antiguo encanto y nueva energía. Los residentes pasean perros, cuidan jardines y conversan a través de los accesos. Hay un orgullo silencioso aquí, un entendimiento de que mientras el mundo avanza rápidamente, algunos lugares es mejor dejarlos crecer lentamente, intencionalmente. Y esa es la belleza de estos dos lotes. Juntos, ofrecen la oportunidad de crear algo significativo sin romper el banco. Ya sea una casa diseñada con cuidado anidada entre los árboles o un par de cabañas de alquiler, la zonificación apoya el uso residencial, y los servicios no están lejos. Con una planificación cuidadosa, esto podría ser un punto de apoyo asequible en una comunidad en crecimiento o el inicio de un legado duradero. Algunos compradores persiguen lo que es llamativo. Otros, lo que está terminado. Pero los sabios? Ellos conocen el valor de la tierra que ha estado esperando. Esperando las manos adecuadas. El sueño correcto. El momento adecuado. De pie en 1343, puedes mirar hacia 1357 e imaginar un camino de grava curvándose a través de los lotes, o una fogata donde los vecinos se reúnen bajo luces de cadena. La tierra no solo guarda promesas, ofrece paz. Un lugar para desacelerar. Para comenzar de nuevo. A $35,000, es más que una oferta—es una invitación. Del tipo que no permanece abierta por mucho tiempo. Porque eventualmente, alguien caminará por la tierra, sentirá la quietud y verá exactamente lo que es posible.

Some places don’t shout—they whisper. That’s the kind of place Lincoln Terrace is. And tucked along its gently curving line, nestled between older homes and unbuilt patches of green, sit two overlooked gems: 1343 and 1357 Lincoln Terrace. Together, these residentially zoned parcels total 0.3707 acres, offered as a package for just $35,000. To the untrained eye, it might seem like just another pair of wooded lots. But to the right person, these side-by-side slices of land speak volumes. The lots are raw and full of potential—quietly resting under a canopy of maple and oak, with a soft slope that gives just enough topography to inspire an architect’s imagination. There’s something naturally framed about the space—an openness that calls to be shaped into a home, or two, or perhaps a private retreat surrounded by trees and sky. What makes these lots more compelling isn’t just the price—though $35,000 for both is enough to make any investor pause—it’s the story of what could be. Here, you’re buying more than square footage. You’re buying a start. Back in the 1960s, the area was slated for a wave of development. Foundations were poured. Roads were drawn. But plans shifted, the world moved on, and a few parcels—like 1343 and 1357—were left untouched. While others built and grew, these lots remained still, catching the morning sun and holding onto their quiet potential. They’ve been passed over not for lack of value, but for lack of vision. Today, the neighborhood is a blend of old charm and new energy. Residents walk dogs, tend to gardens, and chat across driveways. There’s a quiet pride here—an understanding that while the world races ahead, some places are best left to grow slowly, intentionally. And that’s the beauty of these two lots. Together, they offer a chance to create something meaningful without breaking the bank. Whether it’s a thoughtfully designed home nestled between the trees or a pair of rental cottages, the zoning supports residential use, and utilities aren’t far. With careful planning, this could be an affordable foothold in a growing community or the start of a lasting legacy. Some buyers chase what’s flashy. Others, what’s finished. But the wise ones? They know the value of land that’s been waiting. Waiting for the right hands. The right dream. The right moment. Standing at 1343, you can look toward 1357 and imagine a gravel path curving through the lots, or a fire pit where neighbors gather under string lights. The land doesn’t just hold promise—it offers peace. A place to slow down. To start fresh. At $35,000, it’s more than a deal—it’s an invitation. The kind that doesn’t stay open long. Because eventually, someone will walk the land, feel the stillness, and see exactly what’s possible. © 2025 OneKey™ MLS, LLC