Vive como en una casa de tres dormitorios. La casa más mágica que ha salido al mercado en mucho tiempo. Al descender por la carretera rural en Croton Heights, llegas a una de las cabañas originales de Croton Heights. Sentada hermosamente en una propiedad de casi dos acres con un camino de piedra acogedor que conduce a la casa. La maravilla continúa al entrar con las exquisitas baldosas de Delft originales de la casa, usadas alrededor de la intimidad de la chimenea. Pisos de madera ricos, características arquitectónicas únicas, cada giro revela otra sorpresa caprichosa. Los jardines cuentan con árboles majestuosos, jardines perennes con afloramientos de piedra y caminos de piedra serpenteantes por todo el terreno. Todo esto a un conveniente acceso a Nueva York, ya sea en coche o en tren, en una hora. El vecindario de Croton Heights, con una de las asociaciones vecinales más antiguas, es ideal para experiencias comunitarias con la máxima privacidad al mismo tiempo. Pasea hasta el restaurante de Peter Pratt, disfruta de una deliciosa cena al aire libre y serpentea de regreso a casa. La serenidad que se encuentra en este entorno y hogar no se experimenta a menudo.

Lives like a three bedroom. The most magical home to come to market in a long time. Winding down the country road in Croton Heights, you arrive at one of the original Croton Heights cottages. Sitting beautifully on the just shy two-acre property with inviting stone pathway up to home. The wonder continues upon entering with the exquisite Delft Tiles original to the home and used around the intimate fireplace. Rich wood floors, unique architectural features, every turn reveals another whimsical surprise. The gardens boast stately trees, perennial gardens with stone outcroppings and meandering stone pathways throughout the grounds. All this convenient to NYC by either car or train in an hour. The Croton Heights neighborhood, with one of the oldest neighborhood associations, is ideal for community experiences with the ultimate in privacy at the same time. Stroll up to Peter Pratts restaurant, have a delicious dinner al fresco and meander your way home. The serenity to be found at this setting and home is not often experienced.