Las mejores casas de Nueva York no son meramente elegantes, bien equipadas o históricas; son los legados de los íconos que hicieron de Nueva York lo que es hoy.
122 East 38th Street fue construida entre 1902 y 1904 por uno de los empresarios más prominentes de Manhattan, William R. H. Martin. Martin no solo era uno de los mayores propietarios de bienes raíces en Manhattan, también era el director de la renombrada marca de moda masculina Rogers Peet, que introdujo precios transparentes, etiquetas de prendas y garantías de devolución de dinero en el comercio minorista. Llevó ese mismo ingenio al diseño original de esta casa de seis pisos y 6,300 pies cuadrados, con una majestuosa fachada de ladrillo neofederalista, proporciones simétricas, un ascensor temprano y una sofisticada escalera en espiral. Mary Todd "Mamie" Lincoln Isham, la nieta de Abraham Lincoln, y Charles Bradford Isham compraron la casa en 1906 y fue desde aquí que Mamie continuó trabajando en el espíritu de su abuelo a través de una incansable filantropía. Para la década de 1990, el número 122 tenía una nueva misión como sede de la Fundación Earth Pledge, una organización sin ánimo de lucro con sede en Manhattan dedicada a promover un estilo de vida ecológico. Instalaron el primer techo verde de la ciudad en la casa en 1998.
Dentro de la casa, el espacio es excepcionalmente voluminoso y arquitectónicamente bien conservado. Techos altos y molduras de corona bellamente conservadas imbuyen cada habitación con una elegante gracia, mientras que una impresionante escalera Monumental se eleva a través del corazón de la casa, enmarcando líneas de visión hasta la claraboya del cuarto piso. Detalles arquitectónicos como los manteles de madera originales, acentos de ladrillo rojo clásico y ventanas palladianas sirven como fondo para áreas de vida versátiles que transitan sin esfuerzo entre serenos cuartos privados y espacios productivos. La disposición pensada, complementada por sistemas e infraestructuras modernas, satisface a quienes buscan un inspirador entorno de trabajo y vivienda.
Vivir en los pisos superiores de 122 East 38th Street te brinda el raro lujo de una dualidad sin costuras: ser anfitrión de elegantes reuniones en los niveles inferiores y luego retirarte al piso superior a tu santuario privado de 3-4 dormitorios, elevado sobre el bullicio de la ciudad. Una cocina aireada y una terraza bañada por el sol ofrecen un lugar sereno para comidas al aire libre, donde puedes saborear una comida tranquila o una copa de vino mientras admiras las icónicas vistas del Empire State Building y el Chrysler Building. El exuberante techo verde realza aún más este refugio tranquilo, permitiéndote entrar en un paraíso verde a pocos pasos de tu dormitorio. Ya sea que estés organizando una animada función abajo o simplemente disfrutando de una calma noche en el corazón de Manhattan, estos pisos superiores ofrecen la combinación perfecta de entretenido derroche y serena tranquilidad.
Encarnando un espíritu pionero de responsabilidad ambiental, 122 East 38th Street se erige como una de las primeras exhibiciones de diseño urbano ecológico en Manhattan. La casa cuenta con una caldera de gas Burnham de alta eficiencia, un sistema HVAC Carrier de agua fría y una sofisticada automatización del hogar para controles precisos de clima y iluminación, reduciendo drásticamente la huella de carbono de la propiedad. Un jardín en la azotea, diseñado para captar aguas pluviales e insular el edificio, transforma la parte superior de la casa en un sereno refugio ecológico donde prosperan verduras, hierbas y flores ornamentales. Estas mejoras bien pensadas conservan energía, mejoran la calidad del aire y muestran el compromiso de la casa con un futuro más sostenible.

New York’s finest homes aren’t merely elegant, well-appointed, or historic — they are the legacies of the icons who made New York what it is today.
122 East 38th Street was built between 1902 and 1904 by one of Manhattan’s most prominent businessmen, William R. H. Martin. Martin wasn’t merely one of the largest holders of real estate in Manhattan, he was also the head of storied menswear brand Rogers Peet, which introduced transparent pricing, garment tags and money-back guarantees to retail. He brought that same genius to the original design of this six-story, 6,300 sq. ft. home with a stately Neo-Federalist brick fac¸ade, symmetrical proportions, an early elevator and a sophisticated spiral staircase. Mary Todd “Mamie" Lincoln Isham, the granddaughter of Abraham Lincoln, and Charles Bradford Isham purchased the home in 1906 and it was from here that Mamie continued working in the spirit of her grandfather through tireless philanthropy. By the 1990s, No. 122 had a new mission as the headquarters of the Earth Pledge Foundation, a Manhattan-based nonprofit dedicated to promoting green living. They installed the city’s first green roof at the home in 1998.
Within the house is uniquely voluminous and architecturally well-preserved. Soaring ceilings and beautifully preserved crown moldings imbue every room with gracious elegance, while a breathtaking grand stairway rises through the heart of the home, framing lines of sight all the way up to the fourth-floor skylight. Architectural details like original wood mantels, classic red-brick accents, and Palladian windows serve as a backdrop to versatile living areas that transition effortlessly between serene private quarters and productive spaces. The thoughtful layout, complemented by modern systems and infrastructure, caters to those seeking an inspirational live-work environment.
Living on the top floors of 122 East 38th Street gives you the rare luxury of seamless duality—play host to elegant gatherings in the lower levels, then retreat upstairs to your 3-4 bedroom private sanctuary high above the city bustle. An airy kitchen and sun-drenched terrace offer a serene spot for al fresco dining, where you can savor a quiet meal or a glass of wine while admiring iconic views of the Empire State Building and the Chrysler Building. The lush green roof further enhances this tranquil refuge, allowing you to step into a verdant paradise just steps away from your bedroom. Whether you’re hosting a lively function below or simply enjoying a calm evening in the heart of Manhattan, these top floors deliver the perfect blend of opulent entertaining and peaceful repose.
Embodying a pioneering spirit of environmental responsibility, 122 East 38th Street stands as one of Manhattan’s earliest showcases for green urban design. The townhouse features a high-efficiency Burnham gas boiler, a Carrier chill-water HVAC system, and sophisticated home automation for precise climate and lighting controls—dramatically reducing the property’s carbon footprint. A rooftop garden, designed to capture stormwater and insulate the building, transforms the top of the home into a serene ecological haven where vegetables, herbs, and ornamental flowers thrive. These thoughtful upgrades conserve energy, boost air quality, and illustrate the home’s commitment to a more sustainable future.