Situado en un sereno terreno frente al mar de 32 acres en la codiciada Costa Dorada de Long Island, The Manor at Lands End se erige como una de las últimas verdaderas propiedades prestigiosas de su tipo. Este impresionante complejo, impregnado de historia, ofrece una rara oportunidad de poseer una excepcional propiedad ecuestre de la década de 1920, con vistas ilimitadas a Frost Creek y el resplandeciente Long Island Sound. Originalmente una granja de circa 1850, la finca fue reinventada por la reconocida firma de arquitectura Walker & Gillette en la magnífica mansión georgiana colonial que adorna la propiedad hoy en día.

Con una superficie de 13,000 pies cuadrados, la majestuosa Casa Principal es una obra maestra arquitectónica, que presenta exquisitas molduras originales, techos altos y una abundancia de luz natural. Las grandes salas formales son perfectas para recibir, incluyendo una vasta sala de estar con una chimenea regal, una biblioteca revestida de madera, un elegante comedor y un salón que captura amplias vistas de los jardines circundantes y el paisaje acuático. La casa es además realzada con lujosos detalles como murales pintados a mano, pisos de madera de tablones anchos y una dramática escalera en espiral debajo de una impresionante claraboya abovedada. Las ocho espaciosas habitaciones, la mayoría con baños en suite privados, incluyen un espectacular Ala Principal con dos salas de estar, vestidores ‘para él y para ella’, y dos baños de mármol. Para el personal o invitados, la casa ofrece un apartamento privado de dos habitaciones, con un acceso separado para una máxima privacidad.

Los terrenos de la finca son igualmente impresionantes. Diseñados por el legendario Frederick Law Olmsted, el paisajismo es una verdadera obra de arte, que incluye un fragante jardín inglés, un jardín de rosas amurallado y amplios jardines de verduras y hierbas. Incluido en el Registro de Jardines Históricos del Instituto Smithsonian, el exuberante paisaje da al litoral de la Costa Norte y ofrece una tranquilidad completa. Un gazebo se sitúa en un lugar privilegiado para disfrutar de la reserva natural, y árboles centenarios, huertos frutales y pastos para caballos realzan aún más la belleza bucólica de la finca. Las vides, cuidadosamente atendidas por los propietarios, añaden otra capa de encanto y lujo a la propiedad.

Además de la residencia principal, los amplios terrenos cuentan con una variedad de otras estructuras excepcionales, incluyendo una Residencia de Huéspedes de seis habitaciones y un establo de caoba de cinco caballerías con un cuarto de aparejos adjunto y un apartamento para el personal que es ideal para entusiastas de la equitación. Varios garajes separados y dos grandes invernaderos completan los edificios auxiliares de la finca. La hermosa casa de piscina con columnas de ladrillo, con vistas a la resplandeciente piscina y spa de obra, es el retiro perfecto para relajarse durante los meses más cálidos.

Este incomparable hogar se encuentra cerca del pueblo de Locust Valley y varios campos de golf internacionalmente aclamados y clubes de campo privados. Con sus impecables jardines, tranquilos pastos, amplias terrazas de piedra para entretenimiento y radiantes vistas al agua, The Manor at Lands End ofrece una oportunidad sin igual de poseer un pedazo de la rica historia de Long Island. Esto es más que un hogar; es un santuario - un lugar de belleza, privacidad y legado que durará por generaciones.

Set on a serene 32-acre waterfront parcel on the coveted Gold Coast of Long Island, The Manor at Lands End stands as one of the last truly prestigious estates of its kind. This breathtaking compound, steeped in history, offers a rare opportunity to own an exceptional 1920s horse property, with limitless views of Frost Creek and the glistening Long Island Sound. Originally a circa 1850 farmhouse, the estate was reimagined by the renowned architectural firm Walker & Gillette into the magnificent Georgian Colonial mansion that graces the property today.

Spanning 13,000 sq. ft., the stately Manor Home/Main Residence is an architectural masterpiece, featuring exquisite original millwork, soaring ceilings, and an abundance of natural light. The grand formal rooms are perfect for hosting, including an expansive living room with a regal fireplace, a wood-paneled library, an elegant dining room, and a sunroom that captures sweeping views of the surrounding gardens and waterfront landscape. The home is further enhanced with luxurious details such as hand-painted murals, wide plank hardwood floors, and a dramatic spiral staircase beneath a stunning domed skylight. The eight spacious bedrooms, most with private en-suites, include a spectacular Primary Wing with two sitting rooms, 'his-and-her' dressing rooms, and two marble bathrooms. For staff or guests, the home offers a private two-bedroom apartment, with separate access for ultimate privacy.

The estate's grounds are equally impressive. Designed by the legendary Frederick Law Olmsted, the landscaping is a true work of art, including a fragrant English garden, a walled rose garden, and expansive vegetable and herb gardens. Included in the Historic Gardens Registry at the Smithsonian Institute, the lush scenery overlooks the North Shore coastline and offers complete tranquility. A gazebo sits in a prime location to enjoy the nature preserve, and centuries-old trees, fruit orchards, and horse pastures further enhance the estate's bucolic beauty. Grape vines, carefully tended by the owners, add another layer of charm and luxury to the property.

In addition to the main residence, the expansive grounds boast an array of other exceptional structures including a six-bedroom Guest Residence and a five-stall mahogany stable with an attached tack room and a staff apartment that is ideal for equestrian enthusiasts. Multiple detached garages and two large greenhouses finish off the estate's outbuildings. The beautiful brick-columned pool house, with views of the sparkling in-ground pool and spa, is the perfect retreat for relaxation during the warmer months.

This incomparable home is located within proximity to the Village of Locust Valley and several internationally acclaimed golf courses and private country clubs. With its impeccable gardens, tranquil pastures, oversized entertaining stone patios, and radiant waterfront views, The Manor at Lands End offers an unparalleled opportunity to own a piece of Long Island’s rich history. This is more than a home; it is a sanctuary - a place of beauty, privacy, and legacy that will last for generations to come. © 2025 OneKey™ MLS, LLC