Presentamos Perry Pond House, una aguda sinfonía de modernidad ubicada en medio de 6 acres del exuberante y salvaje entorno de los Catskills. Concebida originalmente por NevelHaus, un nombre sinónimo de precisión arquitectónica y diseño reflexivo, la casa se erige como refugio y declaración: una intersección de belleza salvaje y forma elaborada. En el interior, el espacio se despliega con el ritmo de la intención. Cuatro dormitorios crean sus propias historias silenciosas: una suite principal en la planta baja, callada y privada con su baño en suite equipado con ducha de lluvia y terraza privada; dos habitaciones luminosas con camas queen en el piso de arriba, cuyas ventanas enmarcan vistas entre los árboles, compartiendo un baño completo con azulejos; y un refugio en el nivel inferior, donde otra cama king descansa bajo la serena luz de la tarde. Un espacio adicional que ofrece un perfecto eco de independencia dentro de esta mini propiedad se encuentra por encima del garaje independiente, un santuario loft con su propio baño completo que puede usarse como suite de invitados, oficina en casa o estudio de arte iluminado por la luz natural. Los espacios comunes de Perry Pond House están diseñados para vivir de manera profunda, expansiva, para llevar el exterior hacia adentro. Los techos de catedral se elevan hasta 30 pies en el área principal de estar, el tipo de espacio que demanda que te detengas, mires hacia arriba y recuerdes la ingravidez de las posibilidades. Ventanas de suelo a techo borran la barrera entre el interior y el exterior, integrando el bosque y el estanque en cada momento. La cocina - un centro escultórico - está equipada con electrodomésticos integrados de Bosch, una llamativa lámpara colgante Stickbulb de 8 pies, y una isla de cuarzo hecha para reuniones. Cerca, la chimenea ancla la sala de estar en un suave resplandor, un recordatorio de que la calidez es el corazón de cualquier hogar. Las alas del segundo nivel ofrecen una oficina loft y un rincón de lectura que miran hacia la vasta extensión de abajo y el bosque más allá. Y abajo, un salón en el sótano ofrece un capullo para ver películas de medianoche, mañanas tempranas en el Peloton, o un juego de mesa de tenis de mesa por la tarde. La Perry Pond House habla de su lujo en susurros, donde la belleza y la funcionalidad se entrelazan sin esfuerzo. Un bar húmedo personalizado en la planta principal invita a disfrutar de café por la mañana o a brindar por la noche. Bajo tus pies, un suelo de tablones anchos de roble blanco europeo ancla la casa en calidez y elegante tranquilidad. En los baños, la calefacción radiante en el suelo es un suave placer que convierte lo ordinario en extraordinario. Sal al exterior y la casa se expande hacia la tierra misma. Un estanque, brillante y paciente, invita a lanzar líneas de pesca o simplemente a la reflexión de una mente inquieta. La fogata espera por noches en las que las estrellas se sienten lo suficientemente cerca como para tocarlas, y la terraza se convierte en un escenario para largas mañanas con café o lentos atardeceres con vino. Incluso hay una ducha al aire libre, un lujoso capricho que se siente menos como una utilidad y más como una comunión con el cielo. Cerca, los pueblos de Narrowsburg, Callicoon y Livingston Manor ofrecen sus propios encantos distintivos, cada uno un latido del pulso creativo de los Catskills. Narrowsburg se asienta en la orilla del río Delaware, con calles llenas de tiendas y cafés. Callicoon vibra con mercados de agricultores de fin de semana, música en vivo y una Calle Principal que se siente como si se estuviera dentro de un carrete de película de la América de pueblo pequeño. Livingston Manor, con su herencia de pesca con mosca y restaurantes innovadores, combina el encanto tradicional con sensibilidades modernas y ecológicas. Estos pueblos son más que destinos: son extensiones de la vida que promete la Perry Pond House, donde la comunidad y la cultura están entretejidas en el paisaje. La Perry Pond House no es solo una propiedad; es un poema, un refugio. Es para aquellos que ven la belleza en la tranquilidad, que anhelan un diseño que hable tanto al corazón como a la mente, que entienden que el hogar no es un lugar, sino un sentimiento, una intención, una forma de ser.

Introducing Perry Pond House, a sharp symphony of modernity set amidst 6 acres of the lush, untamed backdrop of the Catskills. Originally conceived by NevelHaus, a name synonymous with architectural precision and thoughtful design, the home stands as both a refuge and a statement - an intersection of wild beauty and crafted form. Inside, the space unfolds with the rhythm of intention. Four bedrooms create their own quiet stories: a primary suite on the main floor, hushed and private with its en-suite bath with rain shower and private terrace; two airy queen-sized rooms upstairs, their windows framing treetop views, sharing a tiled full bath; and a lower level retreat, where another king bed rests in serene afternoon sunlight. An extra space offering a perfect echo of independence within this mini estate is perched above the detached garage, a lofted sanctuary with its own full bath that can be used as a guest suite, home office or light-filled art studio. The common spaces in Perry Pond House are designed for living deeply, expansively, for bringing the outdoors in. Cathedral ceilings soar to 30' in the main living area, the kind of space that demands you stop, look up, and remember the weightlessness of possibility. Floor-to-ceiling windows erase the barrier between indoors and out, pulling the forest and the pond into every moment. The kitchen - a sculptural centerpiece - is fitted with integrated Bosch appliances, a striking 8' Stickbulb pendant, and a quartz island made for gatherings. Nearby, the fireplace anchors the living room in a quiet glow, a reminder that warmth is the heart of any home. The wings of the second level offer a lofted office and reading nook that each look out over the expanse below and the forest beyond. And downstairs, a basement den offers a cocoon for late-night movies, early mornings on the Peloton, or an afternoon pick-up game of table tennis. The Perry Pond House speaks its luxury in whispers, where beauty and function intertwine effortlessly. A custom wet bar on the main floor beckons for morning coffee or a toast to the evening. Beneath your steps, wide plank European white oak flooring grounds the home in warmth and quiet elegance. In the bathrooms, radiant floor heating is a gentle indulgence that turns the ordinary into the extraordinary. Step outside, and the house expands into the land itself. A pond, glinting and patient, invites fishing lines or simply the reflection of a restless mind. The firepit waits for evenings when the stars feel close enough to touch, and the deck becomes a stage for long mornings with coffee or slow sunsets with wine. There's even an outdoor shower—a rare indulgence that feels less like a utility and more like a communion with the sky. Nearby, the towns of Narrowsburg, Callicoon, and Livingston Manor offer their own distinct charms, each a heartbeat of the Catskills' creative pulse. Narrowsburg sits on the edge of the Delaware River, its streets lined with shops and cafes. Callicoon hums with weekend farmer's markets, live music, and a Main Street that feels like stepping into a film reel of small-town Americana. Livingston Manor, with its fly-fishing heritage and trendsetting eateries, marries old-school charm with modern, eco-minded sensibilities. These towns are more than destinations - they are extensions of the life Perry Pond House promises, where community and culture are woven into the landscape. The Perry Pond House is not just a property - it's a poem, a refuge. It is for those who see beauty in the stillness, who crave design that speaks to both heart and mind, who understand that home is not a place but a feeling, an intention, a way of being. © 2025 OneKey™ MLS, LLC